sábado, 10 de noviembre de 2007

MuRiEnDo En SiLeNciO

Otra vez oigo el portazo de la desgracia, ya empiezo a temblar. Viene medio borracho y es casi incapaz de sostener el juego de llaves en su mano, se tambalea.
Acuesto a la niña de mis ojos, Sofía, no quiero que vea al desgraciado de su padre de esa manera.
-Pase lo que pase no salgas de la habitación cariño.
-Tranquila mamá.
Espero en la cocina con la cena sobre la mesa, no quiero que se enfade por no habérsela hecho, rezo porque al menos sea de su agrado.
-Que guapa estás María.
Vaya, parece que hoy viene de buen humor, aunque al principio siempre es así.
-Ven, vamos a la cama…
-¿No vas a cenar, Carlos?
-¿Qué pasa que no quieres complacerme? ¿Ya estás poniendo excusas?
-No, pero vendrás hambriento…
-Claro habrás estado con el cerdo de tu jefe…eres una puta.
-No digas eso, sabes que no es así.
-¿Y qué mierda de cena es ésta?
Ahora es cuando vuelvo a temblar, no quiero que Sofía se despierte…
-Carlos, por favor, no grites.
-Cállate zorra, a mi tú no me das órdenes. Y dime, ¿dónde has estado esta tarde, después del trabajo? He llamado a casa y nadie ha contestado.
-He ido a hacer la compra, la nevera estaba casi llorando.
-Dime la verdad, no me mientas.
-Es la verdad Carlos, te lo pido por favor, no grites.
-Bueno…y ahora te me pones modosita…eres una furcia.
-Me marcho a dormir, ¿vale?
-Tú no vas a ningún lado.
De pronto noté en mi delicada cara una llama medio ardiendo, un golpe seco y fuerte…la señal de sus dedos otra vez.
-Ven aquí, bájate los pantalones.
Y otra vez esa sensación que me rompía por dentro, otra vez sentí sus agresivas caricias recorriendo mi vientre, sus asquerosos piropos susurrados en mi oído y su mirada perdida por el alcohol.
-Papá, ¿que haces? ¿Por qué tratas así a mamá?
- ¡Vete a la cama niña!
-Sofía cariño hazle caso a tu padre.
Y como si nada prosiguió con su acto. Mis lágrimas empezaban a derramarse mientras me daba fuertes embestidas contra la pared, pidiéndome que gimiera…hasta que consiguió su pequeño momento de placer sin importarle el daño que me estaba haciendo.
Me estrujó la cara con una sola mano
-Así me gusta pequeña, así me gusta. Calladita y a dormir.
Otra noche más, como otra cualquiera, se quedó dormido en el sofá mientras yo le miraba asqueada y maldiciéndole…pero como siempre…sin hacer nada por miedo a que me quite la vida.

2 comentarios:

Caronte dijo...

Tan cruelmente actual que duele leerlo... ¿Y cuántas mujeres al año saben que tienen sus días contados?

El machismo es una lacra, alimentada desde la práctica totalidad de los estamentos que nos gobernaron y, en algunos desastrosos casos, aún nos gobiernan...

Ojalá llegue el día en que no se escuche nunca más esa frase tan cruel, tan falsa, pero tan aceptada:
"La maté porque era mía".

Puto machismo.

Anónimo dijo...

Estas historias de malos tratos te ponen siempre la piel de gallina, es impresionante.
Recuerdame si quieres que te pase un texto buenisimo
Un besito guapa